miércoles, 14 de diciembre de 2011

LA BESTIA-FLOR

















El presentimiento de la vida vive hasta la muerte.
Un fuego helado recorrerá los huesos abrasándolos,
cuando en el día de San Pedro la cristalina llovizna
se infiltre en el viraje del verano.
Están a punto de brotar las flores rojizas,
en las costillas, cerca de la clavículas, en la cabeza,
escribirán en el herbal elena arborea,
se encuentra en la Hyperborea helada,
en los jardines de ladrillo, en la hierba de piedra.
De los ojos surgieron oscuros claveles,
yo soy a la vez arbusto de rosas y de nomeolvides,
como si un jardinero salvaje me hubiera injertado,
una grave lepra floreada.
Yo seré violeta y roja,
purpúrea, amarilla, negra, dorada,
yo seré en la nube zumbante y amenazadora
brevadero de los abejorros.
Cuando yo me marchite, oh dios mío,
quedará como una bola mordida
enfriada y con la piel quebrada,
ya seca, una bestia flor media muerta.


traducida por Ana Domenech para La hora de Rusia (Visor, 2011),
ilustración de Gabriela Giandelli


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