martes, 4 de octubre de 2011

JOSEBA SARRIONANDÍA
















El ánimo de quien ha estado preso
Retorna siempre a prisión.
En la calle se cruza siempre con jueces, fiscales y abogados
Y los policías, aún sin reconocerlo,
Le miran más que a cualquier otro,
Porque su paso es sosegado o bien
Porque su paso es en extremo sosegado.
En su corazón habita,
De por vida, un condenado.


en 8 poetas raros (Árdora, 1992)

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